El consumo de combustibles en La Plata sigue bajando por las subas constantes en el precio y la pérdida de poder adquisitivo de los platenses.
La venta de combustibles en La Plata sigue cayendo día a día y, en septiembre, registró una baja del 9,7%. La nafta premium fue uno de los productos que más se desplomó, aunque también hubo menos consumo de nafta súper. Pese a este panorama sombrío, no descartan un nuevo aumento en los próximos días.
Un informe de la Secretaría de Energía de la Nación reveló que la venta de combustible en todo el país ya lleva diez meses consecutivos en baja por varios motivos entre los que se destacan los constantes aumentos de precios y la caída del poder adquisitivo de los automovilistas. En septiembre, el expendio se desplomó el 11,7% respecto del mismo mes de 2023.
El presidente de la Federación de Empresarios del Combustible de la provincia de Buenos Aires, Juan Carlos Basílico, señaló a El Día que «al igual que en el resto del país, en La Plata cayó un 9,7% la venta. El combustible está caro y la gente se cuida».
El dirigente anticipó que «la semana que viene podría haber un nuevo aumento de precios, pero el porcentaje no está confirmado». No descartó que, frente a la baja en las ventas, el nuevo ajuste se termine aplicando más adelante.
Cabe recordar que en los primeros días de octubre, YPF aplicó una baja de entre 4% y 5% en los valores de la nafta y el gasoil, que en los surtidores significó sólo una disminución de entre el 1% y 2%, producto de la devaluación y la suba de impuestos al combustible.
Los estacioneros plantean que, antes, el principal problema era el retraso en los precios, pero que ahora, por las constantes subas, se despacha menos combustible y eso complica su negocio.
Basílico explicó que «el parque automotor creció, pero algunos expendedores la pasaron mal el año pasado, tuvieron que sacar préstamos personales para mantener a sus trabajadores. Por más que el expendedor tenga un porcentaje sobre la venta, no alcanza, y ahí también está el problema».
«Hemos pasado épocas peores. Durante el gobierno anterior estuvimos meses sin poder actualizar el precio. Todo aumenta, incluido los salarios, donde los empleados tendrían que ganar más, pero el estacionero también, para poder pagar sueldos. Pero si las petroleras no le tiran un centro al expendedor, cada vez vamos más para atrás, ese es el problema», puntualizó.